Breakup #4
26 mayo 1942
Henry:
La noche del sábado volviste a insultarme y a ponerte furioso, olvidando las promesas que me habías hecho. Tu fanatismo te arrastra a concebir ideas descabelladas. Cuando tienes alguna contrariedad doméstica o política reaccionas contra mi y pretendes hacerme responsable de todo.
Dices que yo no hago nada, sin darte cuenta de que tu actitudes cien veces más negativa que la mía. - Siempre que te propongo - que leas un libro o que trabajemos en algo interesante, me dices que no puedes perder tu tiempo leyendo libros, que necesitas leer periódicos y hablar, hablar, hablar, mientras otros trabajan y luchan.
Puedes estar tranquilamente lavando platos, leyendo periódicos levantándote a las nueve de la mañana y hablando, mientras tu madre se mata trabajando, mientras tu padre lucha solo y enfermo.
Hablar es muy fácil; gritar, insultar, rebajar la obra de los demás pretendiendo convencerlos de su inutilidad es muy sencillo, Obrar es difícil. Mientras tu te dedicas a trabajos domésticos, a una vida sencilla y grata en un país como México, otros, los verdaderos luchadores, los que hablan poco y hacen mucho, revolucionarán el mundo y tratarán de resolver el problema.
No quiero robar ni un minuto más de tu precioso tiempo pidiéndote que hagas cosas inútiles, tales como traducir mi libro. Devuélveme los originales por correo.
Nada más que en esta ocasión debes corresponderme, si yo estoy dispuesta a no pedirte ni un minuto más, tampoco tú pretendas que te regale mi tiempo. Para mi representa un gran esfuerzo dar dos o tres horas de mis días, pues aún cuando dedicados a cosas que tu - juzgas inútiles, los paso trabajando duramente.
Una vez tuve la debilidad de perdonar tus locuras, tu egoismo, tu falta de comprensión, tu rudeza, pero ya no volveré a hacerlo, - ya me cansé, ya es bastante. Así como tienes la fuerza bastante para insultarme, para tratar de rebajar todos mis esfuerzos, debes tenerla para prescindir de mi. Tus lágrimas no me conmoverán más, pues bien sé que las derramas facilmente, hasta por una película cursi.
No hemos sabido ser amigos, pero no nos despediremos como enemigos, sólo te ruego que me dejes en paz, que no me busques para hacer una de esas escenas odiosas que tanto te gustan y que no me escribas largas cartas llenas de reproches. Sigue tú tu camino y déjame seguir el mío sin pretender mezclarte nuevamente en mi vida.
E
26 May 1942 Tuesday
Henry:
Saturday night (23rd) you insulted me again and became furious, forgetting the promises you had made to me. Your fanaticism drags you to conceive crazy ideas. When you have some domestic or political setback you react against me and pretend to hold me responsible for everything.
You say that I do nothing, without realizing that your attitudes are a hundred times more negative than mine. - Whenever I propose to you - that you read a book or that we work on something interesting, you tell me that you can't waste your time reading books, that you need to read newspapers and talk, talk, talk, while others work and struggle.
You can be quietly washing dishes, reading newspapers, getting up at nine in the morning and talking, while your mother is working herself to death, while your father is struggling alone and sick.
Talking is very easy; shouting, insulting, demeaning the work of others by pretending to convince them of their uselessness is very easy, working is difficult. While you dedicate yourself to domestic work, to a simple and pleasant life in a country like Mexico, others, the true fighters, those who speak little and do much, will revolutionize the world and try to solve the problem.
I don't want to steal another minute of your precious time by asking you to do useless things, such as translating my book. Just mail the originals back to me.
Just this time you must reciprocate, if I am willing to not ask you for even one more minute, then don't expect me to give you my time for free. For me it represents a great effort to give two or three hours of my days, because even when they are dedicated to things that you judge useless, I spend them working hard
Once I had the weakness to forgive your follies, your selfishness, your lack of understanding, your rudeness, but I won't do it anymore, - I'm tired of it, that's enough. Just as you have strength enough to insult me, to try to demean all my efforts, you must have strength enough to do without me. Your tears will no longer move me, for I well know that you shed them easily, even for a cheesy movie.
We have not known how to be friends, but we will not part as enemies, I only beg you to leave me in peace, not to look for me to make one of those hateful scenes that you like so much, and not to write me long letters full of reproaches. You go your way and let me go mine without trying to mix you up in my life again.
E