27 de diciembre de 1943
Blue Eyes:
Anoche soñé contigo. El sueño fué hermosísimo. Caminábamos por la falda de una montaña llena de árboles, semejante a aquellas que cruzamos para ir a las peñas de las Hadas. ¿Te acuerdas? Tu me llevabas de la mano a íbamos en paz, sin discutir, sin contradecirnos mutuamente. Caminábamos en silencio, sólo de vez en cuando te volvías a verme y sonreías dulcemente, como únicamente tú sabes hacerlo cuando quieres. Yo miraba tus ojos azules y sentía descender hasta el fondo de mi corazón un sentimiento desconocido, algo que debe estar más allá de lo humano, pues nunca despierta he experimentado semejante dicha, - nunca recuerdo haberme hallado en un estado de animo más sereno y perfecto. Es como si de una vez se borraran todas las pesadumbres y los temores, como si mi gran egoísmo y este apego, este arraigo tan profundo a los de mi tribu, desaparecieran como por encanto para dar cavida a algo tan grande y tan dulce que no me es posible expresar con palabras, ¡ojalá pudieras comprenderlo!
Ahora, todo el día he estado como sonámbula, como si caminara sin poner los pies sobre el suelo, como si el corazón y el cerebro quisieran escaparse de mí para volver a las regiones de donde fueron arrancados en un triste despertar.
Al medio día recibí tu carta del 15 de este mes en las que me preguntas por cosas de la vida corriente. Que si trabajo mucho, que si lo que estudio es la arquitectura del libro o simplemente la parte literaria, que si mi padre ha vuelto a meterse en la selva, y un sin fin de cosas más que te diré con detalle en otra carta, cuando me haga el ánimo de despertar totalmente, cuando no tenga ya esperanzas de revivir en la imaginación mi bellísimo sueño. Ahora no puedo. Solo te diré que en las vacaciones subí a los tres volcanes, bajé al crater del Pico para arreglar la pequeña pirámide sobre la que la vez pasada, cuando bajamos por primera vez (en abril) permaneciendo toda la noche en el fondo a 25° bajo cero, colocamos una placa a la memoria de Nansen, primer explorador del polo norte y gran filántropo.
Cuídate mucho Blue Eyes, cuídate mucho para mí.
E
December 27, 1943
Blue Eyes:
Last night I dreamed of you. The dream was so beautiful. We were walking along the side of a mountain full of trees, similar to those we crossed to go to las Peñas de las Hadas. You remember? You took me by the hand and we went in peace, without arguing, without contradicting each other. We walked in silence, only from time to time you turned to see me and smiled sweetly, as only you know how to do when you want. I looked at your blue eyes and felt down to the bottom of my heart an unknown feeling, something that must be beyond what is human, because never awake have I experienced such bliss, - I never remember having been in a state of mind more serene and more perfect. It is as if all the sorrows and fears were erased at once, as if my great egoism and this attachment, this deep rootedness to those of my tribe, disappeared as if by magic to give way to something so great and so sweet that it is impossible for me to express in words, if only you could understand!
Now, all day I have been like a sleepwalker, as if I were walking without putting my feet on the ground, as if my heart and my brain wanted to escape from me to return to the regions from which they were torn in a sad awakening.
At noon I received your letter of the 15th of this month in which you ask me about things of ordinary life. That if I work a lot, that if what I study is the architecture of the book or simply the literary part, that if my father has gone back into the jungle, and an endless number of other things that I will tell you in detail in another letter, when I have the courage to wake up completely, when I no longer have hopes of reliving in my imagination my beautiful dream. I cannot do so now. I will only tell you that during the vacations I climbed the three volcanoes, went down to the crater of Pico to fix the small pyramid on which last time, when we descended for the first time (in April) staying all night at the bottom at 25° below zero, we placed a plaque in memory of Nansen, the first explorer of the North Pole and a great philanthropist.
Take care of yourself Blue Eyes, take care of yourself for me.
E