This is a cursive letter (some translation may be off a little). Henry has a partial draft reply he kept in the same envelope. He left Mexico on Feb 1, 1943 and was in Chicago a few days later. The stripe on the envelope is the tape the censor used to re-seal the envelope.
18 de marzo de 1943
Querido Henry:
Tu carta llegó hoy, uno de mis más tristes días. Aunque a pesar de ser aniversario de la expropiación, se trabajó en todas las oficinas del gobierno, yo no fui a trabajar porque me siento sumamente cansada y quise quedarme en casa. Desde febrero estoy estudiando en la "escuela de las artes del libro", todo lo que estudio es muy interesante, pero necesito hacer un gran esfuerzo, porque después de trabajar todo el día me resulta muy pesado. Por lo demás está bien porque así no tengo tiempo para pensar en cosas tristes. Para pensar en que te fuiste, en que tal vez pronto estarás en el ejército, en que la vida cada día es más difícil. La idea de que te hayas alejado de mí en la forma en que lo hiciste me hace sufrir lo absolutamente ineptos que fuimos para comprendernos y ayudarnos mutuamente. Los momentos gratos que pudimos pasar juntos los obscurecimos con discusiones agrias y debiendo haber sido los mejores amigos llegamos a convertirnos en los peores enemigos. ¡Cuantas tonterías irreparables!
No he vuelto a ver a Walter y no sé absolutamente nada de lo que ocurrió después. ¿Qué herida es esa de que me hablas? Cuando vuelvas a escribirme explícame.
¿Por qué fuiste a Chicago y no a la casa de tus padres? Yo pensé que irías allá y que el volver al lado de tu familia te haría mucho bien, pues el estado de tus nervios en los últimos días de tu estancia en ésta llegaron a preocuparme horriblemente. (?) que los meses de diciembre y enero fueron angustiosísimos para mí, porque por un lado me preocupaba la salud de mi padre que cómo tu sabes había abandonado el hospital cuando todavía estaba muy enfermo para regresar a sus tierras, y por otro me preocupabas tú. Cada día te entendía menos, cada día esas más duro y menos comprensivo, y tu excitación era tal, que al verte en el estado en que te persiste el último sábado que te vi, deseaba sinceramente no volverte a ver, porque pensaba que era el único remedio, la única forma de resolver nuestro problema.
Ahora sólo quisiera poder olvidar las cosas amargas, las cosas penosas y quedarme con los recuerdos gratos de los pocos días dulces que tuvimos. Yo también guardo una rosa blanca entre las paginas de un libro, y el recuerdo de un 24 de julio que ha quedado con su cielo azul y los árboles florecidos del atrio de una iglesia, grabados en lo más íntimo de mi corazón.
18 of March of 1943
Dear Henry:
Your letter arrived today, one of my saddest days. Even though it was the anniversary of the expropriation, there was work in all the government offices, I did not go to work because I feel extremely tired and wanted to stay at home. Since February I am studying at the "school of the arts of the book", all that I study is very interesting, but I need to make a great effort, because after working all day it is very heavy for me. Apart from that it is well because I have no time to think about sad things. To think that you left, that maybe soon you will be in the army, in which life is more difficult every day. The thought of you walking away from me the way you did makes me ache at how utterly inept we were at understanding and helping each other. The pleasant moments that we were able to spend together were darkened with bitter discussions and, having been the best of friends, we ended up becoming the worst enemies. How much irreparable nonsense!
I have not seen Walter again and I know absolutely nothing of what happened later. What wound is it that you tell me? When you write again explain to me.
Why did you go to Chicago and not to your parents' house? I thought that you would go there and that it would do you great good to return to your family, since the state of your nerves in the last days of your stay in the latter worried me horribly. (?) that the months of December and January were extremely distressing for me, because on the one hand I was worried about the health of my father who, as you know, had left the hospital when he was still very sick to return to his lands, and on the other, you worried me. Every day I understood you less, every day you were harder and less understanding, and your excitement was such that when I saw you in the state you were in that last Saturday, I sincerely wished I would never see you again, because I thought that was the only remedy, the only way to solve our problem.
Now I only wish I could forget the bitter things, the painful things and keep the pleasant memories of the few sweet days we had. I also keep a white rose between the pages of a book, and the memory of a July 24 that has remained with its blue sky and the flowering trees in the atrium of a church, engraved in the most intimate part of my heart.
Esperanza